martes, 2 de septiembre de 2008

¿Estamos en el Futuro?

Hace trece años, uno de los visionarios más grandes de nuestros tiempos plasmó sus perspectivas en la palabra escrita. Camino hacia el futuro constituye ese testimonio del Bill Gates; cuando ya se proyectaba, con su compañía Microsoft, como el líder mundial del mercado del software.

Soy un modesto ciudadano suramericano, nací en Colombia hace casi 20 años, y mi primer computador, que aún conservo y hace posible teclear estas palabras, cumple en pocos meses 6 años. Quiero dejar esto claro. Mi relación con la tecnología, en mi entorno surcolombiano –huilense-, considero, no ha sido escasa; si bien, para algún ciudadano de vanguardia de un país europeo, educado con una robotina japonesa, puede llegar a ser paupérrima. Tal vez suene un poco deprimente, no lo sé. Y es que, cuando leía la obra, me llamaba particularmente la atención que el autor evocaba acontecimientos que le eran coetáneos -1995- y que sólo hasta hace algunos años he empezado a vivir. Sin embargo, mi primer contacto con un mainframe, PC, ordenador, computador o como quieran llamarle, fue precisamente en 1995. En aquel tiempo cursaba segundo año de primaria y la llegada de aquel aparato fue todo un acontecimiento. En aquel entonces, lo único que se nos permitió hacer fue guiar con el teclado la caña de un colorido pescador; este pensaba en una figura geométrica –aparecía una nube caricaturesca sobre la cabeza del muñeco- y el jugador le indicaba en que parte del fondo del mar se encontraba el par. Nada impresionante. Y ninguno de nosotros pudo examinar a fondo aquella maquina misteriosa, todo fue resuelto por nuestra imaginación.

Cuatro años más tarde, en 1999, el boom mundial de la informática se hizo más palpable en mi entorno. En aquellos días tuve la oportunidad de estudiar en un instituto técnico los fundamentos de la computación. Un poco de MS – DOS, Windows 95 y 98, Office, Corel Draw y hasta Visual Basic eran parte del itinerario. Todo fue muy somero pero suficiente para abrir mi visión sobre la materia. Desde ahí tengo una imagen más o menos firme de los PC. Sin embargo, aquello que ha sido una constante para el desarrollo de estas tecnologías de software y hardware no me tocó personalmente sino hasta estrenando el siglo XXI: la internet.

No sé si yerre, pero entiendo que 5 años es un lapso abismal en estas materias (1995 – 2000), y esos fueron los años que dieron nacimiento en el Huila a los primeros café internet. La conexión tenía un máximo exasperante de 28.8 Kb/s, por lo que navegar era toda una travesía. Ese nuevo intruso, entre la gente, era sólo una gran incógnita. Puede sonar atrevido, pero creo que muy pocos comprendían el potencial de esta nueva herramienta en la cotidianidad. Con todo la espiral positiva empezaba un crecimiento vertiginoso que aun hoy, casi ocho años después, no da muestras de desaceleración.

No sé cuando cambio tanto, ahora, todo es imparable. El boom de las comunicaciones ha hecho que casi todo sea posible. Las expectativas planteadas por el autor son hoy realidades palpables. Por ejemplo, si en Japón lanzan un nuevo equipo electrónico, además de que podemos ver el evento en tiempo real, podemos hacer una orden, pagar con tarjeta de crédito y recibirlo por correo –si es que no hacen el lanzamiento en simultánea mundial-. Todo esto gracias a la internet.

Es que suenan casi esotéricas las palabras de Gates -¡en 1995!- cuando afirma: casi ha llegado el día en que podamos dirigir negocios fácilmente, estudiar, explorar el mundo y sus culturas, disfrutar de un gran espectáculo, hacer amigos, ir a mercados locales y enseñar fotos a los parientes, sin que importen el lugar en donde se encuentren, sin abandonar nuestra mesa de trabajo o nuestro sillón. Una vez que esta nueva era este en pleno apogeo, no abandonaremos nuestra conexión a la red en la oficina o en el aula. Nuestra conexión será más que un dispositivo que hemos comprado o un objeto que portamos. Será nuestro pasaporte para un modo de vida nuevo y “transmitido”. Sin palabras.

Con todo, internet está dando visos impresionantes y quizás inesperados para el Bill Gates de 1995. Los celulares son los nuevos grandes pequeños de la tecnología. Con ellos tienes a la maravillosa internet en la palma de tu mano ¡literalmente! Los cables ya no son una limitante. El wi-fi y el wi-max brindan una conexión inalámbrica de alta velocidad en casi cualquier parte. El hardware se ha hecho impresionantemente pequeño, ni siquiera hay tiempo para el asombro. Y esto no es siquiera el principio. Son cuestiones cotidianas, y que hoy están en discusión en el desayuno de todo colombiano, ¿es el estándar europeo de televisión digital terrestre la mejor opción?, ¿tiene tu equipo móvil compatibilidad con la tecnología 3G? o, ¿cuál es el ultimo cable submarino de fibra óptica que facilitará que el tiempo corra, ¡aun!, más lento?

¿Cuántas nuevas tecnologías ignora este surcolombiano?, ¿Cuándo llegara al límite la ley de Moore?

Para ver al versión digital del texto Camino hacia el futuro, de Bill Gates, haz click aqui.
Aunque, subrayo,
la edición digital, en no pocos apartes, padece grandes errores que dificultan el relato ameno e inquietante del autor. Con todo, es un gran texto.

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